24.05.2011 - Atenas - Mykonos

Mamen, va por ti!

Kalimera… qué sueño. Madrugón.

Este relato lo empiezo a escribir en el barco. Impresiona ir navegando con esta mole y que no se mueva prácticamente nada.

Por el momento os cuento poco. Casi sin desayunar nos han recogido para llevarnos al muelle de Pireo (20 Eu, precio cerrado acordado con el hotel) desde donde parte el Ferry. Nos vamos a Mykonos!! Sí, qué morro verdad? 5 horas 30 minutos de viaje… sarna con gusto no pica. 

Ferry Atenas - Mykonos

Antes de llegar a destino hacemos dos escalas una en Siros y otra en Tinos para después llegar a Mykonos. Una vez amarrado el barco, abren la trampilla-rampa trasera y salimos todos como ganado en estampida, de coña. El motivo es que fuera te están esperando con cartelitos, unos buscando clientes que van con el viaje concertado y otros a por nuevos clientes. Nosotros éramos de los primeros y oh, sorpresa! nadie nos esperaba así que una señora muy amable, al ver que dábamos vueltas como peonzas, se interesó por lo que buscábamos y nos hizo el favor de  llamar a nuestro hotel para que nos recogieran. Después de 10 minutos ya estábamos en ruta. El gesto amable es general en todos los lugareños, se vuelcan con los extranjeros. Es de agradecer.

Siros

Tinos

 

 

Puerto de Mykonos

Mykonos es una de las Islas Cícladas del Norte, tiene una extensión de 88 Km2 y se encuentra a 94 millas de el Pireo, con lo que veníamos navegando a 17 nudos. De las islas griegas, esta es una de las más cosmopolitas y reúne a muchos intelectuales y artistas.

He de reconocer que cuando llegamos se me cayeron los palos del sombrajo porque la zona donde se encuentra el puerto no dice nada y después al llegar al hotel nos dijo lo mismo. Ni veíamos el mar ni nada con encanto, vamos, que nos miramos y nos encogimos de hombros. Eso sí, silencio y tranquilidad total.

Hotel

Hotel desde la habiración

Después de darnos una buena ducha nos vamos a dar una vuelta y  camino para acá, camino para allá, subir y bajar cuestas nos pegamos otra sudada, así que decidimos volver al hotel y que los lomos de una moto nos transporte y eso hicimos, alquilamos una (11 Eu / día).

Vaya diferencia, esto es otra cosa, ahora solo girar el puño y nos ponemos camino de Hora, la capital y aquí empieza el espectáculo. Desde una colina nos ofrece toda su belleza, un pueblo blanco con toques de color, molinos de viento y pinceladas rojas de las cúpulas de pequeñas ermitas. La construcción parece básica, las casas son cubos de piedra encalados, con puertas y ventanas de madera pintada en rojo y principalmente en azul añil y unas escaleras muy inclinadas dan acceso a la vivienda. No tienen el típico tejado inclinado e imagino que será, como ocurre en la mayoría de los sitios con pocas precipitaciones, para almacenar y aprovechar el agua de la lluvia. El agua que se consume es embotellada y la corriente está tratada.

Mikonos - "Venetia"

Mikonos - Molinos

Iglesias de Paraportiani
(monumento nacional)

Mikonos - Calles

Nos vamos y recorremos las carreteras estrechas disfrutando de los acantilados, sus vistas y el atardecer y antes de que anochezca volvemos al hotel para abrigarnos, volver a Hora y saborear un rico pescado a la plancha acompañado con una deliciosa ensalada griega y de beber un vinito blanco afrutado de la tierra. Esto es vida!

 Un paseo y a dormir.

Ah, se me olvidaban dos cosas. Como ya apuntaba en un comentario “El Maestro Enciclopedia” esa especie de pulsera no es más que un juego con cientos de años y se llama Komboloi. Le preguntamos al camarero del restaurante y a parte de hacernos una demostración de manejo dándole vueltas entre los dedos con una sola mano, nos comentó que antiguamente lo utilizaban las castas que estaban al margen de la ley y que en la actualidad lo usan todos, los buenos y los menos buenos y también sirve como terapia para la gente nerviosa, gente que quiere dejar de fumar o gente con problemas (cuenta a cuenta van diciendo “tengo problema”, “tengo problema”, “tengo problema”,… y con la última cuenta “no tengo problema” y vuelven a empezar… Este camarero lo utiliza después de la temporada estival cuando se queda sin trabajo. 



Jugando con el komboloi

Con el Komboloi

Y por otro lado os quería comentar  que esas pequeñas ermitas de cúpula roja que se ven diseminadas, son familiares, con nombre de san o santa. El nombre viene dado en función del que más se repite dentro de la familia. Hay alrededor de 70 y hoy en día no se conceden más licencias para su construcción. Dentro de ellas están los nichos familiares con los restos exhumados después de 3 o 4 años de entierro municipal, que es el tiempo que en Mykonos se permite tener los cuerpos enterrados. Al ser la isla pequeña no hay espacio para todos así que salen unos para dejar espacio a otros.  

Ahora sí, kaliníjta (buenas noches).