Muy buenas,
A
las 8:00, después de desayunar Patricia, amiga y compañera de Mar, Mar y
yo, vamos a la recepción del hotel y ya nos estaba esperando Jorge con
su furgoneta Nissan para 10 pasajeros.
Hoy
nos adentramos un poquito en el Corazón del Mundo Maya y ponemos rumbo
al Volcán Pacaya. Desde Ciudad de Guatemala tenemos una distancia de 40
km que recorremos en algo más de una hora dirigiéndonos primero hacia
San Vicente de Pacaya y después a la Aldea Concepción el Cedro donde te
venden las entradas que te dan derecho al acceso.
Durante
el recorrido, hasta llegar a San Vicente de Pacaya, vamos circulando
por una carretera con dos carriles de ida y otros dos de vuelta con un
tráfico caótico y gran polución debido a la cantidad de transporte
pesado que suelta a bocanadas nubes negras por sus tubos de escape,
aunque los turismos no se quedan atrás (si tuviesen que pasar una ITV
retiraban el 90% de los vehículos). Me llama la atención ver a los
motoristas indicando la matrícula en el casco y en un chaleco y por lo
visto es por una cuestión de seguridad. Las bandas de narcos extorsionan
a los dueños de las empresas de transporte de la ciudad y cuando no
“aportan” lo requerido pagan las consecuencias los conductores y
ayudantes de los autobuses; Los sicarios se acercan en moto acabando con
su vida a tiros.
El
cambio de vistas es radical una vez abandonamos la carretera principal y
rodamos por una secundaria de un carril por sentido, rodeada de
naturaleza verde en toda su gama. En las cunetas hombres con grandes
machetes desbrozando para dejar limpia la carretera, en las montañas
frondosos cafetales en los que cultivan entre otras la especie Arábica y
por cualquier parte los carteles electorales presentando a los
candidatos de las elecciones del 11 de septiembre. En Guatemala las
legislaturas son de cuatro años y no se pueden presentar como candidatos
familiares directos de la anterior, pero curiosamente este año se
presenta la mujer del actual presidente; ha conseguido a tiempo (la
semana pasada) que le concedan el divorcio y ser una de las candidatas,
cosa que no ha tenido mucha acogida popular. Una de las propuestas de
esta mujer ha sido “La bolsa de ayuda” que consiste en entregar
mensualmente una bolsa para cubrir las necesidades básicas a la
población maya (alrededor del 70 % del electorado)… ya sabéis por dónde
van los tiros y la desolación del resto de votantes viendo que
probablemente no se consiga el cambio de gobierno.
Llegamos
a La Aldea Concepción el Cedro, compramos las entradas (50 Q pp) y
contratamos un guía (100 Q grupo) que nos acompaña, dirige y comenta el
recorrido. Tardamos alrededor de hora y media en llegar a la base del
cráter a una altura de 1300 m.s.n.m y por encima de nosotros, a 250 m,
la boca del cráter. El camino es fuerte y hay que ir provistos de agua y
buen calzado que se agradecerá sobre todo en el último tramo cuando vas
andando sobre los ríos de lava solidificada y rota con sus aristas
vivas. Nos ha dado mucha pena no ver ningún río de lava y es que después
de la erupción del año pasado se ha debido “vaciar” en parte el volcán y
de momento no fluyen. Ahora puedes observar la chimenea constante que
sale del cráter y pequeñas fumarolas en sus laderas.
Al
llegar a la base del volcán nos paramos en “El Túnel” una grieta de
tres metros de profundidad y entre medio y uno de ancho, donde sale un
calor insoportable y Marvin,
el guía, nos hace una demostración de práctica. Coloca sobre la grieta
unas ramas y pasados un par de minutos arden. El calor que desprende la
grieta tiene una temperatura de 150 grados. Desde aquí subimos otro
tramo y llegamos a una cueva “La Sauna” con 60 grados de temperatura en
el interior; un auténtico bofetón de calor después de la caminata, pero
donde a pesar de todo te metes. Desde aquí emprendemos la vuelta por el
mismo camino, deshaciendo lo andado, para volver a Concepción el Cedro
donde nos espera Jorge. Después de recorrer una tercera parte aparece un
todo terreno perteneciente a Canal21 TV que venía de revisar las
antenas que tienen por la ladera del volcán y nos ofrecen bajarnos casi
hasta nuestro destino, cosa que agradecemos; nos montamos en el cajón de
la parte trasera Patricia, Mar, Marvin y yo y entre saltos, baches y risas conseguimos llegar a destino para emprender viaje hacia Antigua.
Se
me olvidaba comentaros que al lado de “El Túnel” hay un vendedor de
joyas con su tenderete. Todos los días sube para disfrutar y saborear lo
que la naturaleza ofrece y para, con lo que obtenga de sus ventas,
ayudar a la conservación del pueblo maya.
Nos
vamos a Antigua, una hora de recorrido. Antigua fue la antigua capital
de Guatemala y el lugar donde está ahora reconstruida no es el original.
La antigua ciudad desapareció después de que un volcán entrase en
erupción e hiciese que un lago que tenía alrededor inundase la ciudad.
Desde ese momento al volcán se le llamó Volcán de Agua. La Antigua
Guatemala fue declarada por la Unesco patrimonio cultural de la
humanidad.
Al
llegar a Antigua, la una de la tarde, paramos en el Hotel Santo
Domingo, un antiguo convento rehabilitado que respira paz y tranquilidad
por todos sus poros, con jardines, fuentes, suelos y columnas de madera
cuidadosamente conservados. Seguimos camino y paramos en el centro de
la ciudad donde quedamos con Jorge para que nos recoja a las cinco de la
tarde. Antigua está repleta de iglesias y monasterios, muchos de ellos
en forma de escombros con las fachadas medio derruidas y agrietadas pero
aún así te haces una idea de su antaña belleza que junto con sus calles
empedradas le da un aire de nostalgia. Otros edificios coloniales
permanecen en buen estado y otros han sido restaurados gracias, entre
otros, al Instituto de Cooperación Española en Guatemala. La Plaza de la
catedral es un ir y venir de gente con grupos de turistas, estudiantes y
lugareños donde intercambian sus experiencias del día y disfrutan de
música en directo. Por toda la población te intentan vender por un lado,
las mujeres y niñas, collares de jade y bonitas telas coloridas y por
otro, los chavales, flautas, tambores típicos y algo de fumar o se
ofrecen para limpiarte los zapatos. Ojala esa “bolsa de ayuda” que
ofrece la candidata a las elecciones sirva para algo más que para
recoger un buen puñado de votos.
A
las cinco nos recogen. Durante el camino de vuelta nos acompaña una
tormenta tropical y un tráfico infernal. Llegamos al hotel hacia las
seis y media de la tarde empezándose a poner el sol. Entre
el cambio horario (en España casi las 3 de la mañana) y el cansancio
del día, nos tumbamos vestidos en la cama, nos quedamos dormidos y hemos
amanecido a las cuatro de la mañana (12 del medio día para vosotros) y
aprovecho, antes de ir a desayunar a las 6 de la mañana, para escribir
este relato.
Hoy
iremos al casco antiguo de Ciudad de Guatemala (capital de Guatemala) y
a las cuatro de la tarde nos vamos hacia el aeropuerto para volver a
España con escala en El Salvador.
Hasta luego o hasta mañana, qué descontrol de horas!
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